sábado, 20 de enero de 2007

ADORO LAS SOTAS

De entre los archivos del blog MUSENVIDO, que voy a aprovechar la ocasión para felicitarle muy sinceramente por su trabajo, muy al comienzo de su vida se publicaba un comentario obra del loado Duque2una:

ADORO LAS SOTAS
"Ayer tuve problemas con las sotas.Estábamos en el primer juego de un partida, ganábamos 22-17 cuando lo corto de mano con RRS1. Envido dos a grande y me vuelven con órdago. Mi compañero no aportaba mucho para este lance ante lo cual le digo que optaría por no ver, ya que la tercera carta disminuía mis posibilidades de ganar.La sota se dio por aludida inmediatamente:
- Esa es una actitud machista, me dice.
- ¿cómo?
- Sí, eres un machista. Si tuvieses un rey, que es hombre, o incluso un caballo, que también es masculino, hubieses visto o al menos te lo hubieses pensado. Pero como yo soy mujer, ni te lo piensas, directamente me desprecias y le das las piedras al contrario.
- No señora, le aseguro que ni se me ha pasado por la cabeza esa cuestión. Es más, ni siquiera sé qué sexo tiene usted. (La verdad, que de haber visto hubiese ganado)
- Sí lo sabes. Cuando ganamos o ayudamos a ganar una jugada somos “la sota”, “una sota”, cuando perdemos o molestamos somos “las putas”.
- ¡Pero si yo he visto en muchas ocasiones envites y hasta órdagos con RRS! Lo que pasa es que ahora...
- ¿Ahora qué? Ahora te la jugabas, ¿no? Y entonces sale a relucir tu asqueroso machismo. Ves envites con una sota cuando no arriesgas tanto, o cuando el contrario echa a la desesperada. Pero cuando se trata de valorarnos, en jugadas de mayor trascendencia, ahí somos una simple sota, la única mujer de la baraja, la que para estas ocasiones no contamos, ¡porque somos mujeres, claro!
- ¡No señora! ¡No se ponga así! Está usted sacando la cosas de quicio. Venga usted acompañada, con un par de amigas suyas por ejemplo, y verá cómo la valoro. ¡Y no le digo nada si viene con las otras tres a la vez!
- ¡Claro! Otra muestra de tu machismo. Individualmente no me valoras, pero cuando nos unimos, formamos un grupo y somos más fuerte , entonces sí, ahí valemos algo.
- Mire, no lleva razón. En el juego y en el punto, usted vale para mí lo mismo que un rey o un caballo.- Sí, eso porque os interesa. Porque en el fondo sois unos flojos y queréis jugar con todas la ventajas posibles. No os bastan cuatro reyes, que además tenéis que travestir a los treces en reyes.Porque necesitáis puntos, necesitáis sumar, por eso nos hacéis valer 10.¿Por qué no tenemos el mismo valor que los reyes entonces, en los pares o en la grande?
- ¡Y yo qué sé! Pregúnteselo a los que inventaron este juego.
- Hombres. Es obvio que lo inventaron hombres. Si hasta han tenido qué reforzar los pitos con los doces. ¡Qué alarde de virilidad!
- Será mejor que lo dejemos ahí, veo que está usted un poquito crispada.
- ¡Ya, ya!El juego avanzó y lo ganó mi compañero viendo el siguiente órdago a grande con RRRC. Yo llevaba S741. La miré... me miró como esperando que dijese algo... callé y le di a “continuar”.En el siguiente juego vino en una mano a visitarme, en otras tres mandó a alguna de sus amigas (o primas o hermanas, la verdad que no sé qué parentesco tienen, pero se parecen mucho entre ellas) y solo en una, creo que en la primera, vino acompañada de una colega.La pareja contraria eran dos mujeres. Si faltaba algo para rizar el rizo, eso sucedió en la décima mano, aproximadamente. Lo cortan ellas de mano y dejan la grande en paso. Mi compi, de postre con tres pitos echa cuatro a grande, al más puro estilo Ave. Dice una de ellas: “dos reyes sota, ¿es de ver no?”, y la otra contesta: “ve, yo te quito uno”.Mi apa se debería estar frotando las manos en ese momento, pensando en los pares. Llegan los pares, ellas envidan cuatro, mi compa hace destellar el órdago y se lee un seco, instantáneo y demoledor “quiero”. ¡Vamos, que ni se lo pensaron! La que dijo que quitaba un rey, lo llevaba con tres sotas.Vamos a por el definitivo tercer juego. Igual que en el anterior, en la primera mano viene a visitarme mi amiga, la sota. Pero esta ves sola. ¡Hasta me pareció que tenía una pronunciada sonrisa dibujada en el rostro!
- ¡Qué..! ¿Qué os pasó en el anterior juego? ¿habéis perdido contra unas simples sotas?¡Venía a por mí, estaba claro! Llevaba años sintiéndose discriminada y había explotado. Y yo, que en el mus solo ligo reproches y regaños, me ligué estos también. Había que pensar algo rápido, si le seguía el juego me iba a soltar otro discurso feminista como el anterior o peor. “No hay mejor defensa que un buen ataque”, eso nunca falla.
- ¡Qué suerte que ha venido! Con usted quería hablar. Mucho tratarme de machista y discriminador, pero usted y sus amigas no se quedan atrás. ¡Qué casualidad que hayáis ido tres de vosotras juntas a manos de una mujer! ¿Y eso qué es? ¿Eso no es discriminación?
- ¿Estás insinuando que solo favorecemos a las mujeres y que a los hombres les hacemos perder?
- Simplemente digo que en los dos juegos anteriores, tanto a mi compa como a mi, solo nos habéis visitado de a una, y a lo sumo alguna vez en pareja, y nada más. Sin embargo a ellas, es la tercera vez que os presentáis en trío. Las dos veces anteriores, porque no llevábamos nada, pero en esta nos habéis pillado. ¿Será solo casualidad?
- ¡Es increíble! Nos despreciáis, no nos tenéis en cuenta, no valemos ni para grande ni para chica, en pares somos mediocres y en juego y punto solo estamos para sumar. ¡Y además nos acusáis de prevaricadoras!La marqué para el descarte y desapareció junto con el pito y el cuatro. No vino durante varias manos. Pensé que se había enfadado y ya no vendría más. La verdad es que en algunas la eché de menos, me hubiese hecho mucha falta. El juego estaba reñido. Tanto que llegamos a 39 nosotros y ellas a 38.Otra vez son mano y otra vez lo cortan. ¡Obviamente, órdago a grande!. Ha vuelto la sota. Sonriente, más sonriente que nunca. ¿Habrá venido para despedirse? “Dime las cuatro, compa” . “¡¡Perete!!”, me dice el cretino. Yo llevaba S654. Ahora lo entiendo, había venido para vernos sufrir, para ver cómo nos destrozaban en el último escalón, cuando casi alcanzábamos la cumbre. ¡Había venido para vengarse!¡Bueno, ya que está aquí y quiere ver sangre, la tendrá! “COMPA, VEMOS A GRANDE CON UNA SOTA”, le dije en mayúsculas, para que se entere todo el mundo.Una de las contris llevaba 1145. La otra, S611"
Duque2una

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